Musas
11 – 10 – 24 Seguimos alunados . Pasan las semanas y los impulsos de escritura no se manifiestan. Hay tres proyectos por lo menos. Uno considerable, otro medio y el restante cortito. Los tres requieren tiempo y espacio. Estoy solo en una casa pequeña que comparto con muchos que por suerte se fueron y la dejaron, generosos, entera para mí. Pero cuando no me da un hambre feroz que me conmina a cocinar y perder preciosos minutos de creación, tengo que salir a comprar lo que se me olvidó ayer, o pagar una cuenta mensual justo el día que tengo asignado para pagar esa cuenta que no es el mismo en que pago otras cuentas específicas. Cada una tiene su día. Me pregunto por qué habré asumido la responsabilidad de pagar las cuentas de la casa. Necesito pedazos largos de tiempo para leer y escribir. Nadie lo nota: el celular, desde luego; si me desconecto quedo indefenso. Una gata bebé cree que soy su madre y el perro de los vecinos que me encargaron que cuidara, me llama cuando percibe su...