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Más saqueados que asqueados

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Dos sucesos conmovieron nuestras estructuras el 27 de junio de 2024. Primero, Milei logró pasar legislación por primera vez luego de más de seis meses en funciones, mal rayo lo parta. Una amiga sabia escribió que ahora estamos más saqueados que asqueados. Segundo, Trump, le ganó a Biden el primer debate por las elecciones presidenciales de Estados Unidos a celebrarse en noviembre. Sí, ya sabemos. En Estados Unidos todo es lo mismo, los dos candidatos son lo mismo y acaso asiste razón en lo de la mismidad. Nosotros creemos que no; matices. Trump es peor que Biden. Y Milei es lo peor que nos pasó a los argentinos. Un bajón que andemos cansados y gratis para que nos achuren. Sin embargo hay en la penumbra que iguala una luz discreta que no debe cegar. Nuestra amiga sabia intuye prioridades. Cansados y vencidos – ni aun vencidos – e inútilmente asqueados y rabiosos, y también conscientes del saqueo. Algo es algo. Vale decir, del entendimiento del saqueado como saqueado algo ha de salir. ...

Libertad

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Libertad Restaurante Goya. Nuestra mesa da a unos ventanales que revelan un mediodía gris, medio lluvioso, los plátanos mustios de Avenida de Mayo. El amplio salón del restaurante tiene un cartel que dice “bar histórico”. Da la impresión de ser, más bien, un bodegón venido a menos. Culmino una milanesa grasienta que el menú llama a la napolitana, con guarnición. Del otro lado del ventanal aparece de repente un transeúnte que se acerca acompañado de una niña de unos ocho años. Se los nota divertidos, intensos, pobres. El hombre se pone serio y me mira. Justo a mí entre tantos. Me muestra un puño que se lleva semicerrado hacia la boca sin tocarla, lo acerca y lo aleja un par de veces. Gesto de que quiere comer. Hambre enojado. Le gesticulo, a mi vez, que qué quiere que le haga. Me raja lo que debe ser un insulto sonoro. Me hace morisquetas. Me quiere pelear. De la mano de la niña risueña se aleja hacia 9 de julio. Ni un minuto después pasa en sentido contrario muy cerca de mi posición, a...

Si le hubiésemos hecho caso a Perón…

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Conocer a Perón Juan Manuel Abal Medina Buenos Aires, Planeta, 398 págs. 2022 (3ra ed., marzo, 2023) Nuestros amigos peronistas perciben compañero a Juan Manuel Abal Medina. Es que con las tribulaciones que sus deberes le demandaron en los 60 y 70 del siglo pasado sería necio disputar esa consideración. A nuestros amigos peronistas los asociamos al peronismo de izquierda, aunque la mayoría entiende el peronismo solo como peronismo; lo de izquierda les parece desaconsejable y superfluo. Último secretario general del Movimiento Peronista (1972 – 1974), Abal Medina proviene de un nacionalismo en el que convergen personajes de lo más conspicuo del conservadurismo y la derecha católica. Estos reaccionarios clásicos incluyen, por ejemplo, al exquisito Marcelo Sánchez Sorondo (1912 – 2012). Juan Manuel Abal Medina se hizo peronista pero no montonero como su hermano Fernando Luis (1947 – 1970). Ni marxista (pág. 42); ni siquiera miembro de la gloriosa Juventud Peronista. “ Yo diría que me hi...

Archivo mínimo hallado en Word en una computadora vieja a punto de descartarse (II)

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  Vuelvo a pegar la cita de la entrevista a Jon Sobrino: -             ¿Has pensado por qué no te han matado a ti?”  Y me salió una respuesta tomada casi de antiguas vidas de santos: -             “Pues se ve que no soy digno”. Decíamos que el ser digno de ser matado acaso revela la pulsión sacrificial del que lucha contra los males del mundo. También anuncia la humildad de quien declara, “( P)ues se ve que no soy digno ”. No es gran misterio deducir quién “ ve ” que al que no se mata no se lo mata porque no hizo méritos suficientes. Jon Sobrino acepta humilde que la dignidad evaluada por el que lo mataría no es óptima, no alcanza para ser matado. Entonces, en lo que queda de la vida perdonada han de redoblarse los esfuerzos para la causa. La humildad de Sobrino extiende su alcance al rebajarse el valor de la vida propia respecto de los que sí fueron muertos, qu...

Archivo mínimo hallado en Word en una computadora vieja a punto de descartarse (I)

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El título del archivo es “ 06 – 08 – 2007”. Dice así: -             “¿Has pensado por qué no te han matado a ti?”  Y me salió una respuesta tomada casi de antiguas vidas de santos: -             “Pues se ve que no soy digno”. Anoté hace casi 17 años al pie de la cita que se trataba de un reportaje de Jesús Ruiz Mansilla al cura español Jon Sobrino publicado en El País Semanal y reproducido por Pagina 12 . Como acontece con la mayoría de lo que leo no recuerdo el reportaje y eso que no pasó tanto tiempo. Tampoco la identidad del entrevistado, un jesuita sancionado por el papa Ratzinger. Se me cruzan pistas de por qué lo guardé. La más probable es la religiosidad que me interesaba investigar y luego olvidé entre los que luchaban contra la opresión: curas y militantes ateos y creyentes. Ahora que rescato la cita reconozco que me pudo conmover el candor de la respuesta, aun...

Utopía de energúmeno

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Acompañado por una imagen ingeniosa de Alfredo Sabat, que reproducimos, las que siguen son las primeras líneas de un artículo de Carlos Pagni para La Nación : “ … Javier Milei   anda en busca de la cuadratura del círculo. Aspira a llevar adelante una revolución. La que expuso con su discurso en Davos, donde se presentó como lo que sueña ser:  un reformador social que va detrás de una utopía” . Es aconsejable escaparle al binarismo, pero los liberales pensantes de la derecha además de sus agudezas también tienen cara de piedra. Pretenden vender una “revolución” – que no es sino “involución” – cuyos preceptos replican solo los simples. Quieren endilgar un cariz romántico al plan de un actor que se vale de frustraciones, furias y miedos colectivos para construir su personaje público. La utopía es inalcanzable, entre otros motivos, por su exceso de virtud. Apuntar hacia la utopía forma parte de lo que se reclama como incorruptible en el pensamiento y acciones de la humanidad, pese...

La ortografía en redes

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  A propósito de Roberto Arlt leímos que otro gran escritor, ya muerto y cuyo nombre nos reservamos, argumentaba que los errores ortográficos y sintácticos que cometía el autor de Los siete locos revelaban una señal de clase. La lectura de Arlt y las clases populares de su tiempo nos llevó al presente de la multitud de posteos en redes donde ocurren a menudo los horrores ortográficos. La primera reacción del alfabetizado es recomendar el uso de un diccionario para evitar burradas. Pero la buena conciencia impele a comprender que las faltas son consecuencia de la clase social de que se proviene. Los deslices dependen de cómo se leyó, se aprendió o se pudo leer en sectores sociales desfavorecidos. *** En las porciones humildes de la sociedad abundan celulares y otros dispositivos desde los cuales se accede a las redes que jóvenes usuarios aprenden a usar solitos y manejan con la idoneidad que falta a los veteranos educados cuando tratan de escanear un documento con esos aparatos...