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Choripán

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Al promediar la lectura de Breve historia del antipopulismo (2021) de Ernesto Semán – un afanoso abordaje liberal de la historia argentina – me dan unas ganas tremebundas de mandarme un choripán. Sueño con comidas a la tardecita cuando la salud de los mayores pide, ruega, ordena abstinencia de sólidos; solo recomienda líquidos transparentes, desabridos. El otoño boreal tienta a comer lo que venga, sin embargo la memoria transporta el aroma del choripán desde miles de kilómetros de la entrada de una cancha, de un concierto al aire libre, de una manifestación. En realidad uno preferiría cien veces el choripán a lo que venga. Semán discute la expresión “ choriplanero ” – hijo del cabecita negra , nieto del compadrito y bisnieto del gaucho – en el penúltimo apartado, según la ven los cuadros de la nueva derecha. La obra describe más que se juzga y parece bien que así lo haga. La diferencia con las apreciaciones nacionales y populares es clara. Cuando se comprende lo que explicita Semán,

Sarlo

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 Hoy escuchábamos en vivo un programa en que un chico que sonaba joven e inexperto entrevistaba a Beatriz Sarlo. Siempre que esta intelectual fina y salada se presta a hablar, nuestras expectativas son altas. Es una mujer inteligente, culta, provocadora, como los grandes pensadores que ya no abundan. Sin embargo, su chispa e ironías, que cuando era profesora pugnaba porque no se le salieran de quicio, ahora se han transformado en cuchillas lacerantes que la tornan desagradable y ofensiva. Pasó con Rebord , el youtuber que a diferencia de periodistas zafios y con egos desencajados, no interfiere en los discursos de sus entrevistados, para beneficio del escucha. Fue de las peorcitas entrevistas de Rebord – no por su culpa – con excepción de la de Martín Lousteau . Tanto nos ha molestado la descortesía de Sarlo que a partir de este instante, aunque no le importe a nadie, ya no esperaremos con expectativas sus intervenciones. Por dos o tres brillos que le queden no merece la pena su arbi

El pícaro Bardone

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  Las mutaciones ideológicas de que hablamos en una nota previa descalabran a los que piensan que esos cambios estallan la pétrea noción de coherencia. La incongruencia abismal es lo que irrita, aunque la reacción depende del tipo de mutación y de la tribuna que la observe. Lo que hace, por ejemplo, el personaje Vittorio Bardone en la película de Roberto Rossellini (1906 – 1977), El general de la Rovere (1959), no puede resultar antipático para hueste alguna, a menos que se sea un simpatizante rabioso del nazismo. Bardone, interpretado por Vittorio De Sica (1901 – 1974), es un pícaro cuyas acciones medran a medio camino del colaboracionismo pleno en la parte de Italia ocupada por las fuerzas alemanas. El que hace de jerarca nazi del pueblo – el actor Hannes Messemer (1924 – 1991) – pesca al pícaro in fraganti en una de sus engañifas y lo persuade a que infiltre la resistencia partisana que se halla en prisión a cambio de salvar la vida y beneficios adicionales. El arquetipo histó

Chisgarabís

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Anatomía de un instante Javier Cercas Barcelona, Debolsillo (Penguin Random House Grupo Editorial), 462 págs. 2017 (1ra ed. 2009) Qué pensará hoy el mundo de Adolfo Suárez (1932 – 2014). Los que saben de él al oír su nombre completo pueden exclamar  aaah , sorprendidos y dudosos. Lo sugiere el narrador en las primeras líneas del “epílogo de una novela” – que hace de prólogo – cuando comenta haber leído que el veinticinco por ciento de los ingleses pensaba que  Winston Churchill  (1874 – 1965) era un personaje de ficción. Si es así con Churchill imagínense lo que será con Suárez, el eurocomunista  Santiago Carrillo  (1915 – 2012) o el general  Manuel Gutiérrez Mellado  (1912 – 1995), personas reales que Cercas torna personajes más interesantes en su no-ficción que en sus vidas públicas.  A  Tejero   (1932)  todavía lo detesto y ni Cercas me lo hace pasable . Los simples mortales tenemos de estos individuos los retratos que los medios decidieron otorgarnos, sus figuras públicas. Luego ap

Mutaciones

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Las mutaciones en posicionamientos en diferentes planos de la vida son frecuentes, siendo las de credos políticos las más aparatosas y las que producen en el público-niño las reacciones más viscerales. Decimos “mutación” porque “cambio” nos parece débil y no correspondería a la conmoción que estas metamorfosis todavía implican en ciertas almas sensibles. Cada lector tendrá su lista de acuerdo con su tiempo y situación. La conversión que mentamos es la de un filósofo que divagaba sobre problemas del marxismo, que estaba en sintonía con Galvano Della Volpe (1895 – 1968) y que culminó su periplo de pensador como consejero y diputado de Silvio Berlusconi. El hombre se llamaba Lucio Colletti (1924 – 2001). Lo traemos a cuento porque atesoramos en nuestra biblioteca una traducción de Francisco Fernández Buey de El marxismo y Hegel (1980, primera reimpresión) de la colección “teoría y praxis” de la editorial Grijalbo, antes de que la succionara Penguin Random House. El libro de Colletti se

Pedaleos en el aire

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  Otro artículo de El Dipló de septiembre , en este caso de Ariel Wilkis, intenta descifrar la razón del gran número de votos que obtuvo en las PASO el gran pelucón autoritario, a quien ya no quisiéramos nombrar nunca más, pero obvio, lo nombramos. Estos loables esfuerzos periodísticos logran que las mentes más lúcidas, afligidas frente a la posibilidad de una administración ultraderechista continúen con un extendido pedaleo en falso en busca y rebusca de cómo es que pasó esto. Aunque de improbable éxito como estrategia, las respuestas emocionales – primarias y catárticas – solo se divisan en las bases del campo popular. Ningún cuadro injuria o devuelve las descalificaciones en público. Las mentes claras desaconsejan devolverle en especie al pelucón sus frecuentes agravios. Tratan de entender, lo cual es meritorio, pero no parecen conducir a revertir resultados y si es posible que la respuesta emocional acabe igual, al menos se sentirá el alivio de una humilde expectoración o flatulenc

Sinceridades y cascotes

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  José Natanson ha sido uno de los críticos más sagaces para explicar el macrismo , antes y después de la victoria electoral en 2015. La militancia peronista quedó grogui, no atinaba y tardó bastante en recuperarse. Con las cosas que pasan, el director de El Dipló ensaya en su prestigioso medio una síntesis sobre el devenir fallido del gobierno de Macri: “ no fracasó por la radicalidad de sus reformas ni por el rechazo social que generaron (…) fue porque no logró controlar la inflación, bajar la pobreza o mantener a raya el dólar (tres cosas que en realidad son lo mismo) (…) la sociedad no es necesariamente hostil a los programas de ajuste: lo que pide es que la estabilización que prometen se concrete .” La sinceridad gélida de las controvertidas y a la vez atendibles formulaciones en esta cita renueva antipatías nacionales y populares a su autor, por decir lo mínimo. Irrita que desconsidere el peso de la resistencia del pueblo y también que piense que las reformas que intentaron los