Cambiar vida por palabras

05 – 09 – 24

Si no se quiere perder el rumbo en relatos como los de La noche politeísta de Luis Chitarroni, mejor leerlos sentado cómodo y atento con el libro sobre un escritorio generoso; no en la cama ni en la playa ni en el transporte público. Tener a mano una historia de la literatura universal, un manual de mitología griega, un diccionario lo más completo posible y acceso a internet (¿cómo se habrá llevado Chitarroni con internet?). Asimismo se necesita por lo menos una segunda lectura. El lector debe invertir pedazos de su existencia para descifrar significados sin garantías de obtener siquiera modestos dividendos. Perdón por el uso del amarrete lenguaje financiero tan en las antípodas de este libro cuyo recorrido obliga a interrogar sobre el valor del acto de lectura. Ahí va de nuevo “valor”, en vez de placer. El placer que no lleva a nada redituable, que no trae más que una pulsión que incita a cambiar vida por palabras.

HD (hugodemarinis@guardaconellibro.com)

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