La vaga antipatía de Primo Levi por Borges
Hace poco hallé la traducción al castellano de unas entrevistas a Primo Levi (1919 – 1987) reunidas en un tomo titulado Entrevistas y conversaciones (1998). En una Levi habla de la antología La ricerca delle radici (1981), que preparó a pedido de la editorial Einaudi, donde el sobreviviente de Auschwitz elige sus lecturas favoritas para compartir con lectores y admiradores. La autoridad de Levi para preparar una antología literaria surge más que de las letras, de su supervivencia en los lagers nazis cuyo recuento descarnado describe en su famosa trilogía. Plantado en esa autoridad justifica ante el entrevistador las omisiones en su biblioteca ideal, entre ellas la de Borges. Levi confiesa que “lo conoce poco” y siente por él “una vaga antipatía” porque advierte algo que “le es extraño y lejano”. Parece extraño que una personalidad como Levi deseche así nomás a Borges. Ha de ser porque en los 80 todavía hay quienes lo objetan como persona, no así su obra. Lo “extraño y lejano” serán las controvertidas posturas del autor de “El Aleph”, y una percibida altanería, situada en las antípodas de la figura pública del moderado Levi. Borges no es la única omisión. Proust, Musil, Kafka, Balzac y Dostoievski tampoco habitan su Parnaso. En la próxima entrada tantearé los motivos de estos olímpicos rechazos.
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