Alguito nos tiene que salvar


 Dice Mario Wainfeld en su columna del domingo 2 de abril que los adversarios de Macri subestiman sus aptitudes políticas. Eso conduce a que no lo vean venir y los madrugue. Su renuncia a la candidatura presidencial, sin embargo, acomodó el tablero de su coalición. No es jugada maestra, pero sí jugada eficaz que pone en cuestión la pobre opinión que tienen de él sus más brillantes críticos y rivales; los obliga a replicar con algo que emparde porque, según el periodista de Página 12, el descontracturado Macri, al abandonar la escena electoral, sacó al Frente de Todos un candidato al que era posible derrotar. No más. Si del lado nuestro se sigue con la inercia actual, si no se responde, estaremos en el horno para octubre. No me imagino qué conejo podrá salir de la galera del campo popular, pero confío en la imaginación de los compañeros, de la compañera, y que alguito nos va a terminar salvando, si Dios y nuestro querido y sufriente pueblo así lo desean.

ALS

albertoluissacco@guardaconellibro.com

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