09 – 09 - 24 Seguro que luego de concluir La noche politeísta se ha abierto la mente y el espíritu del lector a tan nuevas como sensibles sabidurías. No hay continuo en estos relatos. Se trata de una serie de segmentos no causales dispuestos a la manera en que al creador se le dio por ponerlos sin otorgar mérito, como el típico vanguardista, a la más a menudo que no profanada unidad. En efecto, las intertextualidades provenientes de los principales campos del conocimiento – la literatura, la historia, la filosofía – los absurdos que promueven anacolutos , solecismos , pleonasmos , antítesis y oxímoron no crean sentidos novedosos sino lo opuesto y son tan frecuentes en este gracioso y gallito volumen de 130 páginas que parece que fueran 600. Pero el lector de los de antes no se queja. En verdad desearía desaforado que no se acaben hasta las 1.600, aunque no le den resuello y medio como que lo maten. HD (hugodemarinis@guardaconellibro.com) https://www.guardaconellibro.ca/